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viernes, 20 de mayo de 2011

DEMOCRACIA REAL, YA


Qué difícil es asumir los propios errores y más difícil aún es corregirlos. Es triste el espectáculo dado por los partidos ante las movilizaciones surgidas del 15-M, pero o no se enteran de nada o no quieren enterarse. Comprendo que las fechas son complicadas, cuatro años esperando este momento y surge este imprevisto. Sé que entre los mensajes que se transmiten los hay cruzados, los hay confusos, hay demasiados, pero hay un mensaje claro: la desafección cada vez mayor de esta sociedad respecto a los políticos, la exigencia de una refundación desde la ética y la verdadera democracia del sistema político y el convencimiento de que esa refundación no podrán realizarla los demócratas de boquilla que de tanto abusar de él han devaluado el término.

Es urgente hacer cambios en la legislación electoral. Listas abiertas que acerquen los representantes a sus representados, que resida en estos la decisión última de su incorporación a la vida pública y no a la ejecutiva de los partidos. Cambios en el reparto que no nos condenen al bipartidismo, sabiendo la complejidad de este asunto ya que un elemento fundamental en este reparto es la circunscripción electoral. Siempre, salvo que pretendamos una única y estatal, habrá partidos que con un reparto nacional único hubieran obtenido representación pero que diseminado ese voto en múltiples circunscripciones ven como esa representación queda en poco o en nada. Cambios en la financiación de los partidos, en el diseño de las campañas electorales, en la regulación de los excesos verbales, de los usos mediáticos.

Es urgente suprimir privilegios estériles de los políticos que sólo logran alejarlos cada vez más de los ciudadanos. Si alguien debiera ser ejemplar en la sociedad es un político. Si alguien debiera serlo todavía más que un político es uno de izquierdas. No cabe la ostentación, no la prepotencia. Si hay que predicar con el ejemplo, el primero que debe hacerlo es el político. Discurso y vida no pueden estar disociados. La legislación debe de ser estricta, pero donde esta no llegue debe de llegar la persona.

Es urgente modificar el funcionamiento interno. Evitar que se premie por encima de todo la fidelidad para llegar a concluir en una interpretación del término tan reduccionista que se identifique con ausencia de pensamiento propio, con el aprendizaje rápido de formas y palabras, con la clonación política, con la reproducción endogámica que en puro proceso biológico empobrece la genética, minimaliza la inteligencia, simplifica o anula el debate, expulsa la inteligencia. Es tristísima la imagen que ofrecen los partidos, todos, con la preponderancia de paniaguados capaces de decir esto y lo contrario si así se le exige, con la ostentación pública de la estulticia, con la reproducción de esos clones que se van multiplicando en la misma medida que su alejamiento de la realidad.

Pero no descalifiquemos alegremente ese mundo, no hagamos con celeridad dos grupos, ellos y nosotros, porque es muy complicado establecer donde empieza y acaba cada uno de los grupos. Es necesario asumir una responsabilidad colectiva, la tienen, o tenemos, todos aquellos que han votado alegremente a políticos claramente corruptos, porque con ese voto han reforzado ese comportamiento; la tienen los teloneros que prestan su imagen al espectáculo que nos brindan, situados detrás del político de turno dispuesto a ofrecernos la ración diaria de mensaje sin sorpresas; la tienen los que responden instintivamente, cual perro de Pavlov, con aplausos a la subida de tono de su político, encaramado a la tribuna, independientemente de lo que diga; la tiene quien ríe sus gracias, quien da crédito a sus mentiras, quien reproduce sus improperios. Y son (o somos) millones.

Pero no nos dejemos llevar por el torbellino, seamos capaces de separar el grano de la paja. La política es inevitable, necesaria, y digna en sí misma. Es necesaria una reivindicación de la política. Y perdidos en ese totum revolutum es necesario decir también que no todos son iguales. Siendo necesaria una regeneración de la vida política en su conjunto y una refundación de los partidos, ni todos los políticos son iguales, ni todos los partidos. Y, por último, no nos olvidemos, por muy gratificante que sea la descalificación y, sobre todo, hecha en grupo, no son marcianos, ellos y nosotros salimos de la misma masa, son nuestros amigos, nuestros vecinos, con los que compartimos calle y café, ellos somos nosotros.

Y en el mejor de los diseños posible de una normativa electoral nos podemos encontrar con que el pueblo sigue prefiriendo a políticos corruptos, populistas, simplistas, embaucadores; con que el circo mediático continúa; con que estamos solos; con que la democracia es eso: el gobierno de los imbéciles y no tenemos isla desierta a la que acudir. Con que la democracia real la tenemos que ir construyendo cada día, en cada gesto, en cada uno de los ámbitos en los que vivimos; con que es un proceso permanente que no tiene fin; con que es una batalla que tenemos que librar sabiendo que tenemos muchas bazas para perderla pues salga lo que salga no nos gustará del todo.

1 comentario:

  1. Compendio web sobre #spanishrevolution (análisis, declaraciones, apoyos, convocatorias, acampadas y actos en las distintas ciudades, extensión a Europa, críticas, y La Contra). Ver en:

    http://aims.selfip.org/spanish_revolution.htm

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