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domingo, 28 de agosto de 2011

PATRIA Y PATRIOTAS


Hablando de patria y de patriotas lo primero que se me viene a la memoría es la frase de Samuel Johnson según la cual "el patriotismo es el último refugio de los canallas.", lo que no quiere decir que todo patriota sea un canalla pero sí, quizá, que la proporción de ellos en ese grupo es mayor que en otros.

Cuando hablo de patriotas me da igual a qué patria se hace referencia. Me dan igual los de camisa azul y aguila imperial sobre el pecho que los valientes gudaris del tiro en la nuca. Sin pretender equipararlos sí pienso que hay una cosa en común, su escasa inteligencia aunque sean de C.I. alto.

¿Qué es toda patria sino un invento perecedero del hombre? Los sistemas de enseñanza nos hacen aprender historia pero no se preocupan de hacernos aprender de la historia. ¿Y qué nos enseña esa historia? Que el transcurrir del mundo es un ir y venir de patrias y un continuo remover fronteras, y es que mal que le pese a muchos la geografía no tiene escrito en su ADN quien es su propietario. Que no existe patria que hunda los cimientos de su historia en los orígenes del planeta, ni existe patria que esté destinada para la eternidad. Todas tienen un principio y todas tendrán un final, y en el camino cambiarán sus fronteras, aumentarán o disminuirán su territorio. Y, desgraciadamente, la historia también nos transmite una enseñanza, el absurdo de que esa ley del devenir casi siempre se realiza mediante la violencia, a costa de la sangre de sus habitantes.

La patria, generador de emociones primarias y encontradas, la patria que se vive como eterna, como fundamental, esa patria que tiempo atrás no fue y que más adelante dejará de ser y, a pesar de ello, el hombre seguirá; no será ese cambalache el que lo extinguirá, de serlo serán otros que hoy se ignoran, se viven como falsos o no se viven como urgentes. ¿Cómo podemos hacer absoluto lo relativo?

Me asustan y me aburren los patriotas y esa nueva manía contagiosa de "hacer patria" incluso allá donde nunca la ha habido; me hastían los nacionalismos sean del signo que sean (si es que los nacionalismos pueden tener signos diferentes se quieran colgar las etiquetas que quieran); me hartan sus mentiras, esa historia deformada para consumo masivo,; me asustan sus fanatismos, me empalagan sus símbolos. No daré mi vida por ningún himno y ninguna bandera, no ondearé ninguna, no me cubriré con ella. Ese trapo, sea bicolor, tricolor o estampado, convertido en una esencia, lo veo ridículo y peligroso.

Es por toda esa necedad por lo que veo un sinsentido que el hombre no haya aprendido a dirimir sus diferencias mediante el diálogo, a establecer soluciones reguladas previamente; por lo que veo una barbaridad que alguien esté dispuesto a saltarle la tapa de los sesos a otro en nombre de una nación, por lo que veo de una enorme tristeza que supuestos izquierdistas midan sus palabras para llegar a condenar tal barbarie. Esa tergiversación de las razones es para mí, sin más, una práctica fascista.

No hay más patria que el hombre de carne y hueso, ni más patriotismo que querer su bien, ni reconozco más compatriotas que los que así piensan y actúan hablen la lengua que hablen y hayan nacido donde hayan nacido. Es ley de la historia que surjan nuevas patrias que nunca antes existieron y que mueran otras que se creyeron eternas, sólo es de querer que por ese acto natural no mueran también sus ciudadanos. Ahora, en esta mi edad y en este mi momento, cuando me encuentro anclado en esta tierra de la que difícilmente saldré hacia otras aunque fuese de turismo, siento cada vez más que mi patria es el mundo, que soy su ciudadano, que se pueden trazar límites sobre los mapas pero no sobre los derechos del ser humano, que todo nacionalismo es incompatible con la lucidez, que lleva al provincianismo. Que es esto lo que pienso y lo que siempre he pensado y que lamento no haber tenido siempre el coraje para decirlo. Que sólo el internacionalismo abre las fronteras del espíritu y de la mente.





1 comentario:

  1. Tus argumentos, tienen lógica pero poco sustentó sí la historia nos a enseñado qué la revolución es el cambió radical dé la sociedad..!

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