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sábado, 3 de mayo de 2014

CRECER

 

Crecer es hacerlo hacia dentro, en densidad humana, en densidad de la vida, aún de la no vivida.

Crecer es empequeñecerse, desprenderse del lastre con el que uno quiso escalar y que arrastra dando tumbos en su historia, su minúscula y fanfarrona historia.

Crecer es quedar reducido a la esencia para poder mirar a los ojos a los que no son nadie y lo son todo, aquellos que te llenan, de los que estás hecho, no mero vacío, hueco fantasmal.

Crecer es hacerlo en el silencio, sobran tantas palabras y faltan tantos gestos, tantos abrazos, tantos besos, tanta mano extendida.

Crecer es ir desmenuzándose en el camino, dándose hasta no quedar nada, desparecer, todo uno en ellos, ir sembrándose, rastros de ti en el crecimiento de otros.

Crecer es asumir que no eres nadie, la piltrafa que puede embellecerte y otorgarte cierta altura moral.

2 comentarios:

  1. Al empezar a leer tu escrito, Jesús, pensé que estaba leyendo un poema. Al terminar de leerlo he visto que tú lo habías etiquetado como "Pensamiento, Poesías". Celebro la coincidencia y es que, en realidad, decir lo esencial de la vida no es otra cosa que decirla con extrañeza (léase con profunda radicalidad), es decir, escribiendo poesía. Una vez más, Jesús, nos dices y nos emocionas con verdadera maestría.

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    1. Querido José, la verdad es que esas palabras revolotearon por mi cabeza desde el momento en el que un amigo incluyó mi blog en el suyo haciendo referencia a él como un enlace para crecer. Qué exageración, ¿no? Lo cierto es que pensé que uno crece como persona aprendiendo de los demás, viendo como crecen ellos, percibiendo qué valores poseen que yo carezco. Era una verdadera paradoja que ese amigo dijera eso de mí cuando yo me siento tan lejano de los meritos que a él, como persona, le adornan. Yo puede que vaya creciendo, él ya hace tiempo que lo hizo. Besos.

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