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sábado, 31 de enero de 2015

PENSAMIENTOS: CONTRADICCIONES Y COMPLEJIDADES



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  • La vida es un instante repleto de eternidades.
  • Descendiendo a lo más pequeño y lo más profundo es cuando soy capaz de alcanzar mi máxima altura.
  • Deja libre alguna vez la rabia para poder ejercer la ternura.
  • Cuanto más tiempo dediques al pensamiento más lejos podrá llegar tu acción. 
  • La teoría sobre la vieja práctica es necesaria para hacerla nueva.
  • Está sólo un poco de ti en lo que dicen tus palabras. Cierra la boca y simplemente mírame.
  • Para poder permanecer en tu vida es necesario qué me pongas freno.
  • No merece la pena que vivas conmigo si no soy capaz de lograr que puedas vivir sin mí.
  • Si he de olvidar mi cuerpo es necesario que tú lo poseas.
  • Deseoso llego a la puerta de tu casa sin saber con exactitud a donde llego.
  • Cuanto más voy en busca de la vida más se presenta la muerte ante mí. Cuanto más dejo que sea la vida la que se acerque menos hace su presencia la otra.
  • Mi muerte no es un punto final sino los puntos suspensivos que mis hijos se han de encargar de escribir.
  • El laberinto no tiene salida, la salida es el propio laberinto.
  • Todo lo negativo puede tener su cara positiva.
  • Como puedo dar tanto calor con tanto frío como tengo.
  • Tú que ya me has visto desnudo, ¿con qué difraz podré presentarme ante ti?
  • Vivir en uno es vivir en otros.
  • Lo que nos hace grandes no es la perfección sino el esfuerzo por salir de la imperfección.
  • Lo que nos hace mejorar no es lo conseguido sino lo que nos resta por conseguir.
  • Lo que nos hace sabios no es la ausencia de errores sino nuestra capacidad para reconocerlos y aprender de ellos.
  • Lo que nos puede hacer modelos no es lo inalcanzable que puede haber en nosotros sino lo que se puede encontrar al alcance de otros.
  • Una crisis no es un abismo sino un interrogante pero vivimos en una sociedad en la que todo interrogante ya puede ser un abismo.
  • No hay estabilidad sin desequilibrio, todo ocasional todo permanente.
  • En la vida el objetivo de alcanzar la montaña no ha de ser quedarse en ella sino poder vislumbrar el horizonte.
  • La derrota es compañera inseparable de la victoria en cuanto alardeamos de ésta ya estamos empezando a perder.
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sábado, 24 de enero de 2015

CUESTIONES QUE NO CONVIENE PREGUNTARSE



LA PARTE Y EL TODO

Podrá eternizarse la discusión sobre dónde reside la soberanía si en la parte o en el todo. Se eternizará en la medida en que la parte (Cataluña) se considera todo, y el todo (España) les niega esa consideración y por lo tanto les niega ser sujetos con soberanía propia. Esta negación supone no sólo que la parte no puede decidir por sí sola su condición  sino que se le niega incluso un papel específico y cualificado en tal decisión. El padre puede mantener al hijo mayor de edad encerrado en casa en contra de los deseos de este.

Pero el conflicto parte/todo no es, ni mucho menos, tan simple, el problema se llama nacionalismo, este siempre se considera todo negando a la parte tal consideración. Se diga lo que se diga hay una obviedad: Cataluña forma parte actualmente de un todo que es España, del mismo modo que la provincia de Tarragona forma parte de otro todo que es Cataluña, del mismo modo que la comarca del Montsià forma parte de otro todo que es la provincia de Tarragona y del mismo modo que la ciudad de Amposta forma parte del todo que es la comarca de Montsià. Todo ello no deja de ser un artificio, es decir una creación humana que tuvo su comienzo y tendrá su final. El nacionalismo español niega al catalán su voz propia del mismo modo que este negará a sus provincias, comarcas y pueblos su soberanía. La estructura ideológica (y mental) es la misma en ambos nacionalismos únicamente difiere el color de la bandera que se ondea.

Todo nacionalismo mitifica la ficción que ha construido, niega su carácter artificial y, por lo tanto, accidental para otorgarle uno esencial, constitutivo, básico, intocable. El nacionalismo español negará al catalán su soberanía en base a que el único todo es España (un todo que históricamente ha tenido un carácter inestable en cuanto al territorio geográfico al que ha hecho referencia y a la/s estructura/s política/s de las que constaba) del mismo modo que el catalán haría lo mismo con cualquiera de sus provincias o comarcas en base a que el único todo con carácter soberano es Cataluña (un todo que igualmente ha tenido en la historia un carácter inestable). Nacionalismos que ignoran su carácter perecedero del mismo modo que ignoran tantos nacionalismos igualmente fundamentalistas que nacieron y se perdieron en las páginas de la historia.

Todo nacionalismo sacrifica la parte a lo que él entiende como todo de igual manera que sacrifica el individuo a la tribu, a lo que él llama nación. El hombre bautiza como nación una estructura territorial y política creada por él mismo para luego supeditarse a ella y considerarla original, anterior a sí mismo. En esta pelea entre parte y todo es este individuo el que tiene todas las de perder pues siempre se le negará, venga de donde venga, su carácter soberano.


ESQUERRA Y NACIONALISMO

Hace unos años Esquerra Republicana argumentaba para distanciarse de CiU que ellos eran independentistas no nacionalistas. No sé si continúan diciéndolo, no lo he vuelto a oír. Izquierda y nacionalismo son términos difícilmente conjugables, todo nacionalismo es excluyente, es lógico que E.R. pretendiera distanciarse de esta asociación y también es lógico que envuelta en la marea nacionalista y electoralista que ella misma ha potenciado, se haya olvidado de esta obligación ideológica, que no necesidad, pues el nacionalismo es rentable.

La independencia se puede argüir en base a un espíritu nacionalista en la rancia idea que identifica lengua, nación y estado y que busca encubrir toda miseria en una bandera y sustituir la historia por la leyenda y el mito. Las medidas nacionalistas son previas a cualquier otra, se convierten en prejuicios mediante los cuales se acepta o reprueba. Es por eso que el referéndum se convierte en la condición para que ER  apoye a CiU y la primera de esas fuerzas anuncia la declaración de independencia si gana las elecciones como primera medida política.

La segunda razón para la independencia es económica y por el argumentario expuesto no parece ser otra que la que aduce Alemania frente a la Europa del sur: “malgastar el dinero que se les da”. La Europa rica da dinero a la pobre, dinero que ésta desaprovecha malgastándolo o apropiándoselo. Del mismo modo la España rica da dinero a la pobre para que lo malgaste o se lo apropie. Independientemente de lo ajustada a la realidad que esa afirmación sea no tiene nada de izquierdista como no lo tiene Ángela Merkel.

La izquierda, me parece recordar, era internacionalista y con una clara opción hacia los pobres. Es posible que se diga que el internacionalismo se practica desde la nación propia (¿?) y que la opción por los pobres se quiere practicar con los pobres de casa no con los ajenos (¿?). Con que facilidad hemos optado por defender los nacionalismos, bastaba con que estos fueran oposición, pero cuando ejercen el poder, como con el traje del emperador, quedan al descubierto.
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viernes, 16 de enero de 2015

MI HOGAR


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Mi hogar sois vosotros,

allá donde mi sombra resplandece y se concibe sol,

donde puedo caer pero sé que seré levantado.

donde se me limpiará toda inmundicia

y el pudor no ocupará espacio alguno.

Mi hogar sois vosotros,

la carne que me revive,

mi aliento que no circula en mí,

el hombro sobre el que me reclino.

Yo soy mi hogar,

no puedo ser sin él.

En él me he construido y me mantengo,

habéis establecido mis aristas y mis vértices

y habéis puesto en mis manos el martillo y el cincel

con el que seguir esculpiéndome.

Yo soy mi hogar,

el punto en el que me encuentro

y el infinito en el que me sueño.

La soledad que me individualiza

y el vosotros en el que me reflejo.

jueves, 15 de enero de 2015

LA PROFECÍA




Es verdad que una reducción de la jornada laboral a 35 horas facilitaría la redistribución del trabajo y podría reducir la tasa de paro. Es verdad que la subida del salario mínimo y la subida salarial en general así como la de las pensiones aumentaría la demanda interna y con ello la del P.I.B. Es verdad que podría renegociarse la deuda y acordar una quita de la misma, que se ha hecho anteriormente y que esto disminuiría la carga sobre el estado y sobre las familias y aumentaría nuestra capacidad de maniobra. Es verdad que la aplicación de una tasa reducida sobre todo tipo de transacciones financieras y de una tasa sobre las operaciones de compra y venta en el mercado bursátil llevaría a una economía productiva en detrimento de una de carácter exclusivamente especulativo y financiero. Es verdad que combatir el fraude fiscal y una reforma fiscal aumentaría los ingresos públicos. Es verdad que el establecimiento de un sistema de renta mínima garantizada aumentaría el bienestar y la calidad de vida de toda la población, en especial de la más desprotegida. Todo esto es verdad… y falso a la vez. Es falso que si se intentara todo esto estaríamos ante el abismo, el capital saldría huyendo, el paro aumentaría, la prima de riesgo se dispararía, la inversión de capital extranjero desaparecería, es falso… y puede que sea verdad.

No es difícil profetizar en este último sentido cuando se tiene en las manos la capacidad de que esa profecía se cumpla. El capital siempre será bienvenido allá donde vaya, las autopistas para sus viajes se le abrirán sin problemas, es agua que se escapa del puño, por muy fuerte que se cierre logrará marcharse. En realidad no se trata de profecía sino de amenaza aunque no se perciba como tal. Aunque la definición de la situación sea falsa si es percibida como real tendrá efectos reales. La facultad que el capital tiene para convencer es inmensa y “una vez que una persona se convence a sí misma de que una situación tiene un cierto significado, y al margen de que realmente lo tenga o no, adecuará su conducta a esa percepción, con consecuencias en el mundo real”.  No es sino una profecía autocumplida con la que el capital amenaza y que tiene en sus manos que se cumpla. Lamentablemente la ciudadanía no percibe la intencionalidad de esa predicción y de ese comportamiento sino que simplemente la identifica como adecuada a la realidad. No percibe el punto mafioso de la amenaza sino que interpreta como ajustado a la realidad el análisis de una parte y quimérico e irrealizable el otro.  No sólo la realidad está en manos del capital, también nuestro pensamiento.

No se trata de que estemos abonados a la derrota sino de que no estamos solo ante la necesidad de una gestión política y económica sino también ante una gestión ideológica y moral. No basta con medidas electorales sino que estamos ante un cambio de vida. Sólo en la medida en que seamos capaces de resistir la amenaza del capital tendremos en nuestras manos armas para derrotarle. Limitarnos a hablar de la gestión política sin analizar la visión de la vida que tenemos y que llevamos a la práctica no deja de ser autoengaño y de tener su porción de hipocresía. Se trata de tener claro que lo personal es político y que solo podemos construir una nueva sociedad en la medida en que empezamos a construirnos como nuevas personas.


viernes, 9 de enero de 2015

LA CASTA


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¿Dónde empieza la casta? ¿Acaso forma uno parte de ella por el mero hecho de pasar a desempeñar una función política? ¿Puede uno usar esta generalización sin ponerle límites? ¿Puede usarla como nombre propio y colectivo a la vez, formado por un número ilimitado de nombres comunes sin utilizar los nombres propios e individuales? ¿Es posible manejarla sin matizarla constantemente? Se trata de una generalización simplista, barata, injusta y falsa. Una afirmación que forma parte del marketing electoral que se  lanza para ser rumiada por el votante y para que de esa manera surja su efecto, pero no para generar en el mismo la sana y siempre complicada costumbre de pensar, es fácil no tiene costes para uno pero sí beneficios; es un velo que se lanza alegremente sobre todos pero que no desvela nada, bajo él encontramos personas de las que de ninguna manera podemos decir que  forman una clase especial, sin mezclarse con los demás; fuera de ella sí podemos encontrar un tipo de personas destinadas desde antes a formar una clase especial sin llegar a mezclarse con los demás.
¿Qué se logra con ese apelativo? Su primer efecto perverso es estigmatizar la función política, estigmatización que debería volverse contra uno al intentar ejercerla. Estigma que tranquiliza y justifica de facto a quien permanece ajeno a la misma. Recupera la vieja idea del franquismo de la política como algo sucio. Todos deberíamos hacer como Franco, no meternos en política.
Es útil porque culpabiliza a terceros exculpándose uno. Uno queda fuera de ella por ser quien es y por estar donde está o no estar donde no debe. El viejo truco de marcar el límite, dentro y fuera, aquí dentro hay salvación fuera no existe. Nosotros y ellos, justos y pecadores. Nos exime del análisis político y personal, qué hacemos y cómo somos. Hacemos lo que debemos hacer y somos como debemos ser porque estamos donde debemos estar y con los que debemos estar. Quien forma parte de ella nunca piensa que está dentro. Se trata de un problema de espacio y de personas, ambas con una concepción maniquea según la cual hay unos señores malos, que hay que apartar, y que en cuanto se haya hecho así, se pondrán los buenos.
Colocar la etiqueta supone también externalizar la responsabilidad: La casta se forma por el comportamiento malévolo de determinadas personas. No es tan simple, la casta la genera también el comportamiento del pueblo. El mismo pueblo que encumbra y apedrea, el que se engancha a líderes y elude sus compromisos,  el que basa su visión de la vida en un permanente maniqueísmo: ellos y nosotros, los buenos y los malos, los con derecho y los sin derecho, los con y los sin. Ese pueblo que soportó una dictadura hasta su final. Un pueblo no pasa de ahí a ser demócrata.
Cuenta Bertolt Brecht en su libro Historias del señor Keuner la siguiente historia sobre un funcionario indispensable.
El señor K. oyó unos comentarios elogiosos a propósito de un
funcionario que tenía ya bastante antigüedad en su cargo y del que se decía
que, por su eficacia, resultaba indispensable.
—¿Qué significa eso de que es indispensable? —preguntó el señor K.
irritado.
—El servicio no funcionaría sin él —explicaron quienes le habían
ensalzado.
—¿Cómo puede ser un buen funcionario si el servicio no funciona sin él?
—preguntó el señor K.—. Ha tenido tiempo más que suficiente para organizar
el servicio de tal forma que su persona no sea indispensable. ¿En qué ocupa
entonces su tiempo? Yo mismo os lo diré: ¡en hacer chantaje!
La indispensabilidad del líder es, en gran medida, propiciada por él. En esa actitud se encuentra el germen que genera la casta. La casta es el insustituible, el que se aplaude a sí mismo. Aquel que se gusta agasajar constantemente por el elogio, todo lo contrario de la actitud del señor K.
Al enterarse de que sus antiguos pupilos le elogiaban, comentó el señor K.: 
-Cuando los discípulos ya hace tiempo que olvidaron los errores de su maestro, éste aún los recuerda.
La casta la fomenta el que promueve el aplauso como ritual y el que aplaude, el que se cree indispensable y el que se aferra a ese indispensable, el que excluye la duda como estrategia electoral y el que cree que pensar es no dudar, el que resguardado en su retórica organiza la vida social y política en dos estados, el de los cabecillas y el del vulgo. Nadie se encuentra a salvo de ese riesgo, pueden cambiar los usos y costumbres de la nueva casta pero no deja de ser una nueva clase especial destinada a no mezclarse con los demás o a hacerlo superficialmente con el único objetivo de mantener su estatus. Es esto lo que recoge Robert M. Pirsig, en su libro Lila El esnobismo social se vio sustituido por el esnobismo intelectual. Grupos de expertos, gabinetes estratégicos y fundaciones académicas asumieron el mando del país. Se bromeaba con  que el famoso ataque intelectual de Thorstein Veblen contra la sociedad victoriana, Teoría de la clase ociosa, debía pasar a llamarse Ocio de la clase teórica. Había surgido una nueva clase social: la clase de los teóricos, y se colocaba claramente, por encima de todas las castas precedentes
Otro elemento característico de la casta es la manipulación del lenguaje, se trata de decir lo que se quiere oír y silenciar lo que no se quiere, se trata de simplificar los términos. Recientemente Juan Carlos Monedero, en una entrevista, decía lo siguiente: Lo que pasa es que hablar del sistema capitalista previene a la gente y ya no escucha. ¿Qué necesidad tienes entonces de ...? Si el sentido común de una sociedad es neoliberal, ¿cómo luchas contra el sentido común? ¿A golpes?... Nosotros hemos buscado otras fórmulas. Y decimos lo mismo pero con otro lenguaje.
¿No es esta, de hecho, la más vieja estrategia del mercado electoral destinada a establecer el mundo de los electores y el de los elegidos que han de educar al primero para que responda adecuadamente a las pretensiones del segundo?
Se trata también del viejo cuento del lobo y los cabritillos : El lobo se marchó furioso, pero tampoco dijo nada, fue al molino metió la pata en un saco de harina y volvió a casa de los cabritos.
   ¡Tan! ¡Tan¡ Abrid hijos míos, que soy vuestra madre.
   Los cabritos gritaron:
   - Enséñanos primero la pata.
   El lobo levantó la pata y cuando vieron que era blanca, como la de su madre, abrieron la puerta.
Se trata de la vieja historia de esos cabritillos, incapaces ya de descubrir en qué están siendo engañados y agotados ya de su constante suceder. Pudiera ocurrir que se trate del lobo disfrazado de cabritillo que se come al lobo, pero, al fin y al cabo, lobo.
Conclusión y viceversa: el discurso no nos exime del riesgo de caer en la tentación de la casta, podremos cambiar sus formas pero ésta seguirá existiendo. Esta realidad puede descalificar al que la practica pero de ninguna de las maneras puede hacernos conformistas, al contrario, más críticos y exigentes con lo que se nos intenta vender y con nosotros mismos. No todo es casta pero también se puede caer en ella jugando a no serlo.

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