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viernes, 17 de abril de 2015

ASALTANDO EL INFIERNO



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El Reino de Lucifer era difícilmente soportado por Yahweh para toda una eternidad, sólo él era capaz de interrumpir la lógica del tiempo, ser capaz de hacer finalizar la eternidad previa para evitar la eternidad posterior, introducir un hecho y convertir en lineal lo que no lo es, lo que no tiene principio ni final allá por donde se mire, insertar el concepto de temporalidad allá donde no puede existir sino la perpetuidad hacia el origen y hacia su término, dónde cualquier horizonte no existe. Es por eso que Yahweh encargó a Miguel y a Rafael, sus lugartenientes, asaltar el infierno. Difícilmente podía soportar que una criatura inferior, generada para su honra pusiera en cuestión su misericordia infinita y su omnipotencia. Su esencia era lo infinito y en esa infinitud debía de caber todo y el equívoco del ser humano se había empeñado en establecerle límites y asemejarlo a sí mismo. Había entrado en ese juego traidor y se encontraba ahora empeñado en desdecir el error con otro error al que se veía abocado poniendo en solfa su omnipotencia.
Transmitida la orden a sus arcángeles, estos la transmitieron a las dominaciones que organizaron un ejército de serafines y querubines con un mandato final claro: acabar para siempre con el infierno. ¿Qué supone el concepto de siempre en una realidad eterna como es la que rodea a Jehová, se preguntará el lector? ¿Se encuentra acaso preparado para comprenderlo? ¿Es posible comprender siquiera el por qué y el cómo de un comportamiento plenamente humano en un ser que más que un ser no humano es un no ser? No es cuestión de comprenderlo sino de aceptarlo sin más, un ejercito angelical en pelea contra otro y haciéndolo fuera de la cronología. Un batallón de serafines fue organizado con un primer objetivo: eliminar las calderas que con su fuego permanente y terrible ensuciaban su imagen. ¿Qué ha de importar a todo un Dios la opinión que de él pudiera tener alguno de sus sirvientes? Es la debilidad del omnipotente.
El avasallamiento fue fácil. La confianza en el statu quo hizo posible que a la entrada un frágil Cerbero no opusiera resistencia desbordado por aquel pelotón de serafines y querubines dispuestos a ofrecer su breve final con la confianza en la eternidad de la gloria. Una fuerte ráfaga angelical penetró en el Infierno. Por orden de Gabriel los ocupantes del limbo fueron perdonados y puestos en libertad para después adentrarse en los nueve círculos concéntricos en los que fueron apagando las calderas ante la mirada perpleja de los lujuriosos y los castigados por su gula, sorteando a los avaros que arrastraban los grandes pesos que habían acumulado, enfrentándose a la mirada ceñuda de iracundos y violentos y descendiendo por los abruptos acantilados que conducían a los fraudulentos, entre ellos aduladores, falsos profetas y políticos corruptos que los saludaron como libertadores. Por último se encontraron cara a cara con Satanás, ángel caído, alado e ignorante al que fracturaron en dos, dando final al asalto.                                               
El Infierno había sido tomado, ya todo era un cielo continuo, un paraíso en el que el mal no tendría cabida. Uno a uno fueron liberando a los condenados o devueltos “temporalmente” a su lugar. Uno a uno hicieron selección entre los habitantes del cielo y algunos fueron mandados a ese paraíso corrector y reinsertor. Tras unos momentos de eternidad se ejecutó la siguiente orden: que las calderas del nuevo edén fueran de nuevo encendidas.

miércoles, 8 de abril de 2015

CASI POEMAS (7)


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DOLOR DE PASADO QUE NUNCA EXISTIÓ



Me duele el recuerdo de ti que no conozco,

que me persigue en las noches

cuando mi cuerpo sólo huele a ausencia.

Me duelen las sombras del pasado

que no sé si existen,

que han crecido, agitándose

sobre armazones de humo.

Me duelo yo, palpando los rastros de tu pasado

entre la oscuridad que se me ha venido abajo.

Desorientado, indefenso, frágil, mortal, yo también humo,

silencios cargados de palabras estableciendo barreras,

palabras que nunca diré,

silencios que me atronarán.

 

***
 
La felicidad no circula en ríos bravos sino en regatos tranquilos, no agota nuestro tiempo sino que nos encuentra por los pequeños rincones, no nos busca a pleno sol sino que nos acompaña en los crepúsculos, aún así, desde esta aparente pobreza, es la esencia que perfuma cada instante de nuestra vida y que nos guía en la salida del túnel.

 

***

EL PUZZLE
 
El puzzle no tiene fin. No todas las piezas tienen el mismo valor. Coge aquellas que dan sentido a tu vida y no te preocupes en demasía por las que te faltan. Las que tienes son las importantes, porque son tuyas, y nada ni nadie te las quitará. Aquello que formarás con ellas tendrá significado para ti. Eso es lo que importa. No desaparecerán las sombras, pero esas dulces lágrimas nuestras, reblandecerán nuestros quejidos y la vida nos dejará siempre una puerta abierta y aprenderemos a traspasarla.


jueves, 2 de abril de 2015

ANDAMIOS


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A veces mi casa tiende a desmoronarse corroída de silencios,
socavada de desidias.
En esos momentos necesito llenarla de andamios...
como levantarme al amanecer y sentir que no estoy solo,
como acostarme con el crepúsculo y sentir que no estoy solo,
como asomarme al balcón de nuevos horizontes
y descubrir en ellos nuevas voces,
nuevos gestos, nuevos deseos;
como recibir besos que no he merecido,
caricias que no he buscado,
como saber que mi nombre es pronunciado más allá de donde yo estoy y que está presente en otros sueños,
como sentir el palpitar de un cuerpo reclinado sobre el mío
y una mirada recorriendo mi rastro.
Cuándo mi casa tiende a desmoronarse
necesito llenarla de andamios desde donde poder crecer de nuevo,
desde donde restallar en el vacío
y rasgar los cortinajes que ensombrecen el futuro;
desde donde zarandear la modorra y recibir una bocanada de aliento,
desde donde vivir otras vidas que den vida a la mía.
Cuándo mi casa tiende a desmoronarse
necesito llenarla de andamios,
necesito llenarla de todos,
necesito llenarla de ti.