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martes, 27 de octubre de 2015

Carta abierta a monseñor Cañizares



 
Señor Cañizares, se defiende usted de sus declaraciones de hace unos días diciendo algo muy habitual en estos casos: que ha sido malinterpretado, que su pensamiento ha sido manipulado y que su persona ha sufrido un verdadero linchamiento. Ya se ve esto último en cualquier foto que se le haga a usted, porque no han sido estas sus únicas declaraciones polémicas. Veamos estas últimas declaraciones:

“Qué está pasando en Europa, hay que ser muy lúcidos, esta invasión de… inmigrantes, de refugiados…¿Es todo trigo limpio… o viene con mucha mezcla? En todo caso, dentro de unos años, ¿dónde quedará Europa? Con esa mezcla con la que viene, ahora… no se puede jugar, no se puede jugar con la historia, no se puede jugar con la identidad de los pueblos. Después también, hay que ser lúcidos y ver quién está detrás de todo esto. ¿Vienen simplemente porque son perseguidos? Muy pocos son perseguidos, muy pocos; aquí hay personas que me podrían dar la razón en esto, vienen muy pocos perseguidos, vienen más presos (¿?) que perseguidos y estamos en ello y haremos (¿?) más, y he estado a disposición enteramente y he estado a disposición de todas las autoridades con las que colaboro enteramente. Pero seamos también lúcidos, sí, pero no dejemos pasar todo porque hoy puede ser algo que queda muy bien pero que realmente es el caballo de Troya dentro de las sociedades europeas y en concreto la española”

Usted argumenta, sin duda ninguna, bajo el paraguas de la pregunta que el aluvión de personas que llegan a nuestro continente no es todo de fiar, buenas y malas personas, unas para integrar y otras que suponen una amenaza. ¿Qué es para usted el trigo limpio? Se trata simplemente de la bondad o se refiere también, aunque de una manera encubierta, a las motivaciones que les mueven para su llegada. ¿Sólo cabe la guerra dentro del concepto de refugiados?¿Qué idea de mundo tiene usted?¿Es para usted la persecución un fenómeno habitual en nuestra realidad?¿De qué parte de esa realidad se siente usted concernido?¿Entra el hambre dentro de las motivaciones aceptables o tendremos que pedir junto con ella un certificado de penales?¿Se refiere usted también a las distintas creencias religiosas?¿De cual de ellas es patrimonio Europa?¿Realmente le interesa la característica de esa mezcla o lo único que le preocupa es lo de ”en todo caso”, dando igual la mezcla que llega? Capellán de su Santidad, Reverendísimo Señor, digno de respeto en cuanto alto dignatario de una iglesia que tiene como referencia a un crucificado, anteponga esas reservas a la conveniencia o no de una respuesta aceptablemente humana ante el problema en el que nos vemos inmersos. Permítame una pregunta aparentemente estúpida: ¿Ha leído usted el Nuevo Testamento?¿De qué manera lo ha comprendido?¿Oyó usted hablar del buen samaritano?¿A qué se refiere esa parábola?¿Qué significa la Cruz para usted? Creo que es la muerte como destino final antes que claudicar, antes que renunciar a lo que uno cree, antes que dejar de ser lo que uno cree que debe ser. Le hago a mi vez una pregunta,¿qué quedará de Europa si hoy no damos una respuesta abierta, sin cortapisas, poniendo en ella todo lo que podamos aún a riesgo de perder en ella? ¿De verdad merecerá la pena esa Europa que usted pretende conservar, serán sus valores los mismos?¿Qué cree que hoy le diría su Cristo?.


Permítame que le presente un texto de un libro escasamente canónico, se trata de Luz de agosto de William Faulkner, en él un sujeto trabajador manual, pobre e iletrado le dice a un Pastor hace tiempo espiritualmente en retirada las siguientes palabras. No le importará, todos debemos tener la suficiente humildad para dejarnos interrogar por los demás, especialmente por aquellos que parecen tener poco que aportarnos.

Hay que pagar el mismo precio por ser bueno que por ser malo, hay que pagar lo que cuesta. Y son los buenos que los que no pueden rechazar la cuenta cuando se la presentan. Por la sencilla razón de que les pueden obligar a pagarla. Es como un hombre honrado que juega. Los malos, en cambio, pueden rechazar las cuentas. Porque nadie espera que vayan a pagarla, ni en el acto, ni nunca. Pero los buenos no pueden hacer eso.”.

¿Cómo se sitúa usted, como hombre bueno o como hombre malo?¿Cómo nos situamos todos? Cuando le oigo no me parece escuchar a un hombre bueno, sino a un político barato, engreído, calculador y rancio. No escucho el nombre bueno, puede ser que mis oídos ya hayan perdido fineza. Me duelen sus palabras por lo que usted representa y por la inercia con la que mucha gente la seguirá por ser vos quien sos. Realmente no esperaba de usted otro tipo de discurso pero si algo más de prudencia, de ”política” quizás. Mi voz no es nada, esta sí que puede gritar y perderse en el desierto. Yo puedo ser el hombre malo, ya me situé en el mal cuando usted catálogo así la educación para la ciudadanía. Cometeré errores, me caeré y me levantaré, seria aplaudido o vapuleado, mi voz resonará y luego irá callando, pero antes y después seguiré siendo nadie. ¿Pero y usted?.

Permítame una última pregunta: ¿Duerme usted satisfecho de sí mismo?


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