JoséLuis Gutiérrez Muñoz, es profesor de escultura en la facultad de Bellas Artes
de la Universidad Complutense de Madrid. Director del grupo de investigación "Arte al Servicio de la
Sociedad" a través del cual desarrolla diversos
proyectos de cooperación al desarrollo en orfanatos de India, “Color en
Matruchaya” que ya va por su 12ª edición, y Nepal, “Color en Bal Mandir” que va
por la 10ª; allí acude anualmente, junto con alumnado suyo, donde desarrolla diferentes
actividades de carácter artístico con los niños y niñas que allí viven, muchos
de ellos con alguna discapacidad.
También es necesario decir que tiene esclerosis múltiple en una fase
bastante avanzada que le impide utilizar las manos de forma natural y le obliga
a desplazarse en silla de ruedas.
Hace
más de un año organizamos una doble exposición fotográfica, por un lado “Under
Pressure”, un proyecto que recoge la situación de la esclerosis múltiple en
doce países europeos, y por otro “Sonrisas de colores”, una relación
fotográfica que recoge la experiencia llévala a cabo en los orfanatos citados.
El terremoto del año pasado en Nepal se llevó por delante buena parte del
orfanato nepalí y obligó a realojar a los niños y niñas que en él residían lo
que no ha impedido que José Luis se encuentre de nuevo allí armado de nuevas
iniciativas. La exposición la abrimos a la posibilidad de que diferentes
centros educativos acudieran a ella ofreciéndoles una visita guiada por la
misma. En primer lugar recorríamos la exposición europea, más dura, para
terminar con la experiencia asiática de José Luis, de colores más vivos y
esperanzadora. Finalizado el recorrido yo siempre hacía una pregunta al
alumnado que allí se encontraba presente, era la siguiente: visto lo visto,
¿quién es el verdadero discapacitado?.
En
el primer recorrido nos encontrábamos con personas en sillas de ruedas,
acostadas, tumbadas en un sofá, dándoles de comer, realizando fisioterapia y
otra serie de instantáneas que recogían a hombres y mujeres claramente
dependientes, mientras que en el segundo se veían únicamente niños y niñas casi
siempre sonriendo, no aparecía ningún adulto con las limitaciones anteriores
puesto que en ese caso un adulto así era el que se encontraba detrás de la
cámara. El concepto de capacidad y discapacidad puede ser muy amplio aunque
siempre que lo oigamos nos viene a la cabeza una limitación física o psíquica.
La pregunta que nos podemos hacer es donde reside la capacidad para llevar a
cabo experiencias como las de José Luis, seguramente podríamos responder que
ésta sólo se encuentra en manos de aquellos que físicamente están en
condiciones de realizar un esfuerzo tal por el que sean capaces de desplazarse
allá y de desempeñar todas las funciones y esfuerzos necesarios para ello,
agrandados estos al considerar la realidad social de esos países. Pero la
experiencia recogida en esa posición no viene sino a desmentirnos. Sonrisas de
colores es ideada, gestada y desarrollada por una persona claramente “discapacitada.
¿En donde reside pues la dis-capacidad? ¿Cómo es posible que una persona con
tales limitaciones sea capaz de llevar a cabo una experiencia así? Estamos en
una sociedad repleta de discapacitados… morales, lo que de verdad nos impide
hacer algo por los demás no es una limitación física sino esa limitación moral,
es el egoísmo, el miedo, la comodidad. Hay personas capaces de pasar
desapercibidas como una persona “normal” pero incapaces de hacer nada por los
demás que suponga un mínimo sacrificio, incapaces a la vez de descubrir el
placer de dar, mientras que hay otras capaces de sacar lo mejor de sí cuando la
vida parece torcerse, mientras que las anteriores llegado ese momento se
esconden, éstas parecen resurgir y reinventarse y reinventar distintas posibilidades.
José Luis es una de ellas, a la que si miramos con sinceridad no puede sino
poner en evidencia nuestras falsas excusas y nuestros tristes disfraces.
Foto propiedad de José Luis Gutiérrez.
Foto propiedad de José Luis Gutiérrez.
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